lunes, 19 de septiembre de 2011

Parte 11

Solo, desde la azotea de un edificio, observaba, como ella caminaba y desaparecía de mi vista.
La ira, la furia, el dolor me consumían.
¿Que tenia esa simple humana para hacerme sentir así?
-Yo, señor de la oscuridad, con una chasquido de mis dedos, podría hacerla desaparecer sin que llegara siquiera a pensar que iba a morir . O tal vez, hacerla sufrir lentamente, agonizar y hacerla desear, no a ver existidido.
Un crujido me sacó de mis pensamientos, y observe como mis manos habían destrozado parte del homigón que recubria la azotea.
Ella hacia que mis instintos se despertaran sin control.
Llevaba siglos que caminaba por el mundo, cansado de la monotonía.
Aburrido de ver el caos, destrucción y deprabación de esta humanidad insensible.
Su trabajo, lo hacían muy bien sin el.
Pero ella, lo había despertado de nuevo.
Su luz, su pureza de espíritu, lo había atraído como un imán.
Y lo había combertido todo en un caos.
Su interior se destruía y luchaba, queriendo corromper su alma y deseando protegerla, combiertiendole en un coctel explosivo, incapaz de controlar sus instintos.
Quería poseerla, en cuerpo y mente, hacerla sentir toda su oscuridad, que gimiera por conocer el placer del dolor.
Pero algo lo retenía, por primera vez conocía lo que era el miedo.
Se aterrorizaba solo de pensar, en las marcas que había dejado en su brazo, en lo que su mente y cuerpo le pedía en aquel momento, y milagrosamente se había detenido.
Cuando sus ojos le miraron, vio el reflejo de lo que era, y sintió nauseas.
Pero el era la oscuridad
Y ella, no era nada.
¿Por que no podía corromperla y dejar su semilla del mal en ella?

Un rugido salió de sus entrañas, haciendo que todos lo que lo escucharan, temblaran de terror.

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