viernes, 9 de septiembre de 2011

Parte 10

El búfido del pequeño gatito, me dio valentía, y mi contestación me dejo satisfecha.
Después de todo lo que había pasado, pensando en "él", pues no sabia que era, o cual seria su nombre.
¡Se lo merecía!
Aunque no me atrevía a mirarlo directamente, y mi interior era un caos, quería irme, y quería seguir a su lado.
Saber su nombre, de que lugar venia, que me tocara otra vez, me besara y ...... cosas que nisiquiera me atrevo a pensar.
-¿Estas no son horas para estar en un parque?
Su voz tan masculina me asutaba, y me calentaba.
-¿A ti te importa? - le conteste todavía sin mirarle a los ojos.
- Puede que sí
Solté un risa hipócrita.
-¡Ya!, ahora me harás creer que miras por mí integridad, cuando hasta hace poco tuve tus  moratones en mí brazo.
Le miré.
Directamente a esos ojos de un color verde inumano.
A ese rostro peligroso, tan masculino y marcado.
Y el me escrutaba detenidamente, su mandíbula estaba apretada, y sus brazos que colgaban a  los lados, tenían los puños apretados.
-Tu no lo entiendes
Y con una última mirada llena de culpabilidad, se dió la vuelta, aparecieron sus alas y desapareció.
Sí, se esfumó delante de mis narices. Dejandome con la palabra en la boca.
La furia creció en mí, y de un salto me puse en pié y  le grite.
-¡Eso!, ¡esfumate!, como siempre haces, como un cobarde, pero esto se acabó.
Mi voz resonó por todo el parque,  sin obtener respuesta.
Miré al pequeño gatito, que estaba en mis brazos, y con voz cansada le dije.
-¡Vamonos a casa !



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