miércoles, 22 de junio de 2011

Parte 4

El silencio lleno todo el espacio.
¿Por que habría dicho eso? ¿y si realmente debiera tener miedo, o mejor dicho, pánico?
De mí boca salió un grito mudo, cuando sentí que su mano se poso en mi brazo, y empezó a recorrerlo despacio, muy despacio.
Era una mano masculina, fuerte, grande, y su caricia suave me tenia ipnotizada, entre otras cosas. ¿Deberia darme vergüenza reconocer que me sentía excitada?
Su mano subía y bajaba tentadoramente, pausadamente, hasta que se detuvo en mi muñeca.
Me agarró fuerte, como una garra que no quiere perder su presa, pero no sentía dolor, solo presión.
Mi interior era un torbellino de sensaciones que chocaban entre sí.
Miedo, atracción, huida, fricción...... Pero todo se detuvo cuando esa mano tan atractiva empezó a transformarse.
Las uñas que tan elegantemente estaban recortadas, ahora crecían formados garras de color oscuro, y los dedos fuertes, crecían en tamaño y longitud, atenazando mi brazo mas fuertemente.

- ¿Sigues teniendo dudas?, ¿Deberias o no temerme?

Su voz me saco del  cautiverio al que estaba sometida, admirando la transformación de su mano.
¿Tambien  habría cambiado su rostro de aspecto, o su cuerpo? Por que quedarme con la duda, me gire rápidamente. No medí muy bien la distancia,  nuestros rostros quedaron a escasos milímetros, y para mi sorpresa, él no había cambiado.
Seguía teniendo esos ojos verdes rasgados, que parecían tener luz propia. Y esa mandíbula fuerte.... y ahora que estaba mas cerca, me di cuenta que no se había afeitado, tenia una ligera sombra.
Pero, lo que si me dejo locamente hechizada, fue su sonrisa.
Tenia solo una comisura alzada, dándole un cierto aspecto de Truan, junto a esos labios que me estaban llamando.....
Tenia que estar volviendome loca, pues me sentía fuertemente atraída, hacia ese ser, hombre o lo que fuera, y la alarma de mi conciencia me pedía que huyera, pero mi cuerpo me rogaba que le besara.
Y entonces, creo que se me ocurrió la solución mas tonta y disparatada, para resolver este embrollo interior.

-¿Puedo besarte?

Sí, pensareis que me debe faltar un tornillo, pero me pareció lo mas razonable en ese momento.
Seguro que también vosotras también debéis estar pensando lo mismo, no lo neguéis.

El cambio la expresión de su rostro, al escuchar mi pregunta.  Serio y a la defensiva, me observaba como si fuera una rareza de la naturaleza.
Y yo sin darle tiempo a reaccionar me acerque a su boca, para que no pudiera escapar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario