viernes, 15 de junio de 2012

Noches de luna 2

Llame a la puerta de madera, y con un leve chirrido se abrió dandome un susto, pues no esperaba que se abriera tan pronto, ni que apareciera ese pedazo hombre.
Apoyandose en la puerta, me miro de forma socarrona de arriba a bajo, y de abajo arriba, sonriendo ligeramente, levanto una ceja y me preguntó, con una voz potente, sexy y socarrona.

-¿No es muy tarde para vender galletas?

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